El sector del diseño residencial está experimentando una evolución significativa, impulsada en gran medida por la creciente presencia y el liderazgo de las mujeres. Si bien históricamente ha sido un campo dominado por hombres, hoy en día, las mujeres representan un porcentaje importante de arquitectos, diseñadores de interiores y líderes de proyectos. Según datos del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), las mujeres representan el 41% de los arquitectos en España, lo que refleja un cambio importante en la dinámica del sector. No obstante, persisten desafíos, como la brecha salarial y la necesidad de superar estereotipos de género arraigados.

Este artículo explora cómo las mujeres están remodelando el diseño residencial, aportando una perspectiva holística, una profunda sensibilidad a las necesidades de los usuarios, un compromiso inquebrantable con la sostenibilidad y una capacidad creativa excepcional para superar los límites convencionales. Analizaremos cómo la empatía, la innovación tecnológica y la responsabilidad social se entrelazan en su trabajo, creando espacios que no solo son estéticamente agradables, sino también funcionales, inclusivos y respetuosos con el medio ambiente.

Una nueva visión del diseño residencial: la empatía en el corazón de la creación

Las mujeres están aportando una nueva sensibilidad al diseño residencial, colocando la empatía en el centro del proceso creativo. Esta nueva visión se traduce en una comprensión más profunda de las necesidades reales de los usuarios y en la creación de espacios que fomentan el bienestar y la conexión. Su enfoque se aleja de la mera estética para abrazar la funcionalidad, la sostenibilidad y la inclusión, creando así entornos que realmente mejoran la calidad de vida de quienes los habitan. Esta reorientación se manifiesta en la atención al detalle, la búsqueda de soluciones personalizadas y el compromiso con la creación de hogares que sean verdaderos refugios.

La escucha activa y la comprensión de las necesidades reales

La sensibilidad femenina a la funcionalidad y al bienestar de los ocupantes es una característica distintiva. Las mujeres diseñadoras se destacan por su capacidad para escuchar activamente a sus clientes, comprender sus necesidades específicas y traducirlas en soluciones de diseño innovadoras y prácticas. Un ejemplo claro de esta sensibilidad se observa en proyectos para familias con niños, donde se priorizan espacios seguros, funcionales y estimulantes, o en el diseño de hogares para personas mayores, donde la accesibilidad y la comodidad son fundamentales. Por ejemplo, el estudio «Diseño para Todos» de la Fundación ONCE, demostró que los proyectos liderados por mujeres muestran una mayor atención a los detalles de accesibilidad, reflejando una comprensión más profunda de las necesidades de diversos usuarios. Esta atención a las necesidades específicas de cada usuario se traduce en espacios más personalizados y adaptados a la vida real.

Consideremos el caso de una diseñadora que trabajó en la renovación de una vivienda para una familia con un hijo con autismo. A través de una escucha atenta y una profunda investigación, la diseñadora creó un espacio tranquilo y sensorialmente amigable, utilizando colores suaves, materiales naturales y elementos de diseño que minimizaban el ruido y la estimulación excesiva. «La clave reside en investigar profundamente y sumergirse en el día a día de mis clientes» afirma Ana Perez, diseñadora de interiores especializada en espacios inclusivos. «No solo diseño casas, ayudo a construir hogares».

Espacios intuitivos y centrados en la experiencia humana

La creación de espacios que favorecen la conexión, la relajación y el florecimiento personal es una prioridad clave para las mujeres diseñadoras. La atención se centra en la creación de ambientes que promuevan el bienestar emocional, utilizando elementos como la luz natural, los materiales naturales y la ergonomía para crear espacios que sean tanto funcionales como agradables. La luz natural, por ejemplo, es fundamental para el bienestar psicológico y físico, y las mujeres diseñadoras se esfuerzan por maximizar su presencia en los espacios interiores. De hecho, datos de un estudio de la Universidad de Sevilla revelan que los espacios diseñados por mujeres priorizan en un 15% más la entrada de luz natural en comparación con diseños tradicionales. Esto se traduce en ambientes más saludables y confortables para los habitantes.

Los rincones de lectura confortables, los espacios de meditación y los jardines interiores son ejemplos de aménagements que se utilizan para promover el bienestar emocional. Se presta especial atención a la selección de materiales, optando por aquellos que sean naturales, no tóxicos y que contribuyan a crear un ambiente cálido y acogedor. La ergonomía es también un factor importante, asegurando que los muebles y los espacios estén diseñados para promover la comodidad y la salud de los usuarios. Se busca crear espacios que sean intuitivos, fáciles de usar y que permitan a las personas sentirse cómodas y relajadas.

Rompiendo los estereotipos de género en la concepción

Las mujeres diseñadoras están desafiando las ideas preconcebidas sobre lo que se considera «masculino» o «femenino» en el diseño. Se cuestionan los estereotipos tradicionales que asocian ciertos colores, materiales y estilos de decoración con un género en particular, y se promueve la creación de espacios inclusivos y adaptados a todos los géneros. Existe un creciente reconocimiento de la importancia de crear entornos que reflejen la diversidad de la sociedad y que no perpetúen estereotipos de género. Este enfoque se traduce en una mayor libertad creativa y en la exploración de nuevas posibilidades en el diseño.

Encontramos proyectos residenciales que incorporan elementos considerados tradicionalmente masculinos, como el uso de colores oscuros y materiales